Rafting por el río Pacuare
- Mr Fogg
- 20 jun 2015
- 2 Min. de lectura

Cuando hice rafting por primera vez, hace ya unos cuantos años, me encantó la experiencia. Fué en los Pirineos, en el río Gállego. Con el paso de los años tuve por costumbre hacer rafting al menos 1 vez al año en los meses de deshielo, entre abril y junio, por lo que conozco varios de los ríos españoles para hacer esta actividad: el sencillo Esera, el muy completo Noguera Pallaresa o el intenso río Ara. Este último tiene tramos de nivel 4+, más complicados y peligrosos, que o bien hacían que quisieras más o bien que le cogieras miedo. Por suerte en mi caso fué lo primero.
Por eso cuando visité Costa Rica, hacer rafting por el famoso Pacuare era una casi obligación. Este río era y es uno de los mejores del mundo por su diversidad de rápidos de hasta nivel IV y IV+, su longitud (casi 5 horas de descenso), su variedad de rápidos de distinto nivel y sobre todo su entorno natural, rodeado de cascadas naturales, estrechos cañones, naturaleza tropical y fauna salvaje. Es fácil observar monos, aves de todo tipo y con algo de suerte hasta un perezoso u oso hormiguero. Tampoco hay que olvidar que, al ser una zona tropical, la temperatura ambiente y del agua es bastante cálida, cosa que no puedes decir de muchos otros ríos donde sus frías aguas provienen directamente de glaciares o montañas nevadas.
Si a todo esto le añades unos guías experimentados y conocedores del río, capaces de mostrarse serios y profesionales cuando vienen las zonas complicadas, inculcando en el grupo la tensión y atención necesaria para seguir sus instrucciones, pero también distendidos cuando llegan los rápidos más tranquilos, la actividad se hace mucho más divertida.

Es en estos momentos cuando la actitud de los guías es más importante para hacerte disfrutar a tope de la actividad. No es lo mismo pasar las zonas calmadas remando sin parar que bajar algunos rápidos de espaldas, todos puestos en pie sobre la balsa, agarrados por los brazos tratando de mantenerse en pie y gritando un grito de guerra, o incluso lanzarse a las cálidas aguas del Pacuare para dejarte llevar río abajo un tramo.
Estas pequeñas cosas son las que te hacen pasarlo realmente bien, sobre todo cuando ya has pasado las zonas más complejas y técnicas, llenas de zonas con rápidos muy próximos entre sí, cañones estrechos y en curva, zonas rocosas o los temidos remolinos. La adrenalina se reduce y es cuando te relajas y te haces consciente de la experiencia que estás viviendo.
Pos desgracia el Pacuare está en riesgo de hacerse inviable para la práctica del rafting, pues existen proyectos para construir una presa río arriba. Su vecino río Reventazón ya ha sufrido algo parecido y ahora su caudal es tan escaso que sus antaño aguas bravas ahora sólo lo son para principiantes.
En resumidas cuentas, el Pacuare es ideal tanto para amantes del riesgo como para gente menos experimentada que quiera probar lo que se siente al bajar por aguas bravas.
Mi recomendación es clara: tienes que venir al Pacuare.
Si quieres saber más sobre Costa Rica pincha AQUI
Comments