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VIETNAM- 19 dias

Camboya-Templos de Angkor

Dia 1. Avion Madrid-Hanoi.

Dia 2. Llegada a Hanoi a las 5:40 aprox. Visitar Hanoi. Dormir en Hanoi.

Dia 3. Visitar Hanoi. Al anochecer, traslado a estación tren. Tren nocturno a Sapa-LaoCai (8 horas)

Dia 4. Trekking valles de Sapa. Dormir en Sapa (tour)

Dia 5. Trekking valles de Sapa. Tren nocturno a Hanoi (8 horas)

Dia 6. Tour a Bahia de Halong. Noche en barco (tour)

Dia 7. Tour a Bahia Halong. Isla Cat Ba. Dormir en isla Cat Ba (tour)

Dia 8. Tour a Bahia Halong. Traslado a Nin Binh. Dormir en Ninh Binh.

Dia 9. Ninh Binh, Tam Coc y Bai Dinh. Posibilidad Tren nocturno a Hue (11 horas)

Dia 10. Hue. Ciudadela Imperial. Tumbas imperiales y rio Perfume. Dormir en Hue.

Dia 11. Tour en moto desde Hue a Hoian, elephant Springs, playa de China, Danang. Dormir en Hoian.

Dia 12. Hoian y alrededores. Dormir en Hoian.

Dia 13. Hoian y alrededores. Tarde: vuelo a Siem Rep (16:05). Dormir en Angkor

Dia 14. Templos de Angkor. Dormir en Angkor.

Dia 15. Templos de Angkor. Dormir en Angkor.

Dia 16. Mañana: Vuelo a HCM (10:10-11:10). Tarde (13:30): Excursion tuneles Cu Chi. Dormir en HCM.

Dia 17. Tour Delta del Mekong. My Tho, Cai Be, Can Tho, Cai Rang (tour)

Dia 18. Tour Delta del Mekong. My Tho, Cai Be, Can Tho, Cai Rang. Dormir en HCM.

Dia 19. Avion HCM-Madrid. Salida: 9:20. Llegada estimada: 22:50

No hay que perderse:

 

  • Hanoi. Ciudad caótica pero imprescindible.

  • Valles de Sapa. Trekking, naturaleza, arrozales en terrazas, etnias indígenas.

  • Bahía de Halong. Imprescindible e impresionante bahía, única en el mundo.

  • Ninh Binh y alrededores. Pagodas, templos y bahía de Halong en tierra (Tam Coc).

  • Hue. Ciudad de emperadores. Turismo cultural. Tumbas y ciudadela.

  • Hoian y alrededores. Pueblo antiguo con encanto y mucha historia. Montañas de Marmol.

  • Camboya y Templos de Angkor. Imprescindible. Una de las maravillas del mundo.

  • Delta del Mekong. Forma de vida y turismo local.

 

Medios de transporte:

  • Prohibido conducir coches para extranjeros.

  • Tren nocturno Hanoi-Sapa (i/v)

  • Tren nocturno desde Ninh Binh a Hue (ida).

  • Minibús y Barco para Bahia Halong (privado, mediante agencia de turismo).

  • Bicicleta en isla Cat Ba (bahía de Halong).

  • Moto (alquilada) por Ninh Binh y alrededores.

  • Moto (con chofer) de Hue a Hoian (mediante agencia turismo).

  • Moto (alquilada) por Hoian y alrededores.

  • Avion interno de Danang a Siem Rep.

  • Tuc-tuc privado para visitar los templos de Angkor.

  • Avión interno de Siemp Rep a Ho-chi-Minh.

  • Minibus, barco y bicicleta para recorrer el Delta del Mekong (mediante agencia turismo)

 

 

Dia 1-2. Vuelo de ida. Hanoi.

Nuestro viaje comenzó con un largo vuelo Madrid-Hanoi, via Frankfurt, de unas 15 horas. A la llegada a Hanoi cogimos un taxi que nos llevó al hotel, ubicado en pleno Barrio Antiguo de la ciudad. Elegimos el hotel en esta zona ya que todas las agencias de viajes a Halong y Sapa están por la zona, y se pueden visitar las principales zonas caminando desde el mismo hotel.

La idea de estos 2 días era visitar la ciudad a pie por libre, pues es la mejor forma de descubrir la ciudad y cómo viven sus gentes. Comenzamos cogiendo un tuc-tuc (previo regateo, claro) que nos llevó al Templo de la Literatura, un elegante conjunto de templos que te transportan a otra época y donde reina la tranquilidad (visita 1 hora).

Por la tarde seguimos el paseo rumbo norte hacia al mausoleo de Ho-Chi-Minh, pagoda de un Pilar y el inmenso lago Ho Tay, donde decidimos dar media vuelta y regresar hacia el hotel atravesando todo el barrio antiguo. Si bien en las otras partes de la ciudad ya descubrimos el caos de tráfico general, es caminando por el barrio antiguo donde descubres el inmenso mar de motos que llenan, literalmente, cada calle. Todo ello aliñado con puestecitos de venta de todo tipo de artículos, personajes variopintos, motos y bicis transportando cualquier cosa, miles de cables de luz en cada esquina, edificios a medio caer, puestecitos de comida y bebida en cada esquina, etc. En definitiva, Hanoi en estado puro. Indispensable pasear y perderte por sus múltiples callejuelas, dejarte llevar por el caos de tráfico y tomarte algo en un puesto callejero. Toda una experiencia, y sin duda para mí lo mejor de la ciudad.

 

Dia 3. Hanoi. Tren nocturno a Sapa.

Al día siguiente continuamos la visita de la ciudad, esta vez rumbo sur. En unas 2-3 horas visitamos el lago Hoan Kiem, su templo Ngoc Son con su famoso puente de color rojo (20.000 vnd), la catedral de St. Joseph y la cárcel de Hoa Lo, que si bien está algo alejada, bien merece la visita para conocer algo más sobre la guerra de Vietnam.

De regreso al barrio antiguo, hicimos las compras de rigor y nos volvimos a perder por sus callejuelas.

A media tarde fuimos al teatro de marionetas de agua (100.000 vnd). Mientras un pequeño grupo toca música tradicional, en un pequeño lago surgen marionetas sobre el agua representando leyendas vietnamitas. Visita para amantes del teatro y lo tradicional, que creo merece la pena, y da un respiro al caos de la ciudad.

A última hora de la tarde cogimos un taxi a la estación de tren, donde nos esperaba un largo viaje nocturno hasta LaoCai, punto de partida para visitar los valles de Sapa. Previamente compramos algo de comida para el trayecto en tren, pues no sabíamos lo que nos deparaba el tren (resultó que dentro venden noodles, galletas y alguna otra cosa más, no para tirar cohetes pero si para quitar algo el hambre).

El tren y los compartimentos cama estaban en bastante buen estado, incluidos los baños, con lo cual nos llevamos una sorpresa pues esperábamos peor calidad. De lo que si nos acordamos bastante es de los traqueteos de arriba abajo y de un lado a otro así como de los ruidos constantes del movimiento del tren, durante toda la noche. Es bastante difícil dormir, incluso con tapones. El trayecto en tren, al ser nocturno la mayor parte, no permite ver nada salvo a primera hora de la mañana llegando a LaoCai, donde comienzas a ver pequeñas aldeas rurales, algún lago y gente trabajando en el campo.

Para los 2 días que íbamos a pasar en los valles de Sapa, decidimos contratar una agencia, pues facilita bastante la logística (transporte LaoCai-Sapa y vuelta, transporte fin de trekking-Sapa, ruta de trekking con guía, alojamiento en casa habitada por gente local, comidas en sitios locales), nada fácil si vas por libre y con tiempo ajustado.

Dia 4. Trekking por los valles de Sapa.

A la llegada a LaoCai, buscamos la persona de contacto de la agencia, e inmediatamente partimos en mini bus de unas 10 plazas rumbo a Sapa. El trayecto LaoCai-Sapa dura unos 60 minutos, pues es una carretera de montaña.

Al llegar a Sapa, te das cuenta de que es un lugar totalmente orientado al turista occidental, lleno de hoteles, centros de masajes, restaurantes, bares, etc. Aún así, sigue teniendo el encanto de un pueblo de montaña.

Tras un desayuno contundente (con precios occidentales), comenzamos el primero de los 2 días de trekking contratados, con nuestra guía Mo. Es inevitable que durante todo el trayecto te acompañen un grupo de mujeres de la etnia MDong, (una por cada persona haciendo el trekking), que intentarán ayudarte (aunque no lo necesites) en cada tramo complicado, y que al final del día intentarán venderte todo tipo de bolsos, mantas, monederos, etc. No queda otra más que asumirlo, pues te van a seguir quieras o no quieras.

 

El primer día de trekking fue algo duro pues subimos por un sendero con bastante desnivel para ir al otro lado del valle. Una vez arriba, el trekking se hizo más suave y auténtico, pues atravesamos arrozales, vimos pequeñas aldeas locales con todo tipo de animales sueltos (bueyes, cerdos, gallinas, etc), tuvimos contacto con gente local (la cual sólo nos ve como gente con dinero y no hacen otra cosa más que pedir limosna o que le compres pulseras y otras pequeñas cosas. Es una pena pero es así), atravesamos zonas de bosque con vegetación densa, y vimos las increíbles vistas del valle de Sapa y sus famosos arrozales en terrazas.

Tras unas 6-7 horas de pateo y comprar algunas pequeñas cosas al grupo de mujeres que nos acompañaron todo el día, llegamos a nuestro alojamiento, una humilde casa al lado del río donde vivían una joven mujer y su familia. La  familia nos trató de maravilla: nos ofrecieron unas cervezas, un aperitivo mientras nos íbamos duchando, nos hicieron una cena con multitud de platos locales, nos hablaron de cómo vivían y cómo era su día a día, nos preguntaron sobre nuestras vidas…En definitiva, una experiencia muy recomendable entrar en contacto con las etnias de la zona y conoces de primera mano su forma de vida.

 

Dia 5. Trekking por los valles de Sapa.

 

Al dia siguiente, y tras otro desayuno contundente en nuestra casa por un día, partimos en nuestro segundo día de trekking. El día amaneció lloviendo, y lloviendo a la manera vietnamita (lluvia torrencial, vamos). A mí me dio subidón porque me parecía una manera mucho más aventurera de hacer el trekking. Y vaya si lo fue. Empezamos subiendo el embarrado camino paralelo a una cascada, atravesamos zonas de bosque por caminos que parecían ríos y en general pateamos a lo largo de decenas de arrozales en terrazas, entre pequeñas aldeas con gente local. Increibles vistas de los arrozales en estado puro, llenos de agua y el valle, inmenso y precioso, lleno de nubes a media altura. La lluvia no nos abandonó en todo el día, pero como dije antes, creo que mejoró el trekking.

 

Tras otro día de 5-6 horas de caminata, llegamos al pueblecito final de fin de ruta, comimos, nos secamos un poco la ropa y el transporte nos llevó de vuelta arriba a Sapa. Por este lado del valle comprobamos que el turismo en masa se está haciendo hueco a pasos agigantados en el valle, donde ya hay varios mega hoteles de lujo en las mejoras zonas arrasando con toda la belleza local del lugar. Una pena que el turismo no sea más sostenible y rural. Al llegar a Sapa otro mini bus nos esperaba para partir de regreso a LaoCai, y de allí de nuevo tren nocturno a Hanoi. Nos esperaba otra noche de traqueteos y poco dormir.

Dia 6. Bahia de Halong.

Llegamos a Hanoi a las 4:00 aprox, y todo estaba oscuro, nadie en la calle. Cogimos un taxi que nos llevó directamente la agencia que habíamos contratado para visitar la bahía de Halong. Como en Sapa, decidimos contratar con agencia para no perder demasiado tiempo y visitar lo más típico. Es más caro, más guiri, pero si vas justo de tiempo es la mejor opción, pues la logística es de nuevo complicada para hacer por libre. En la agencia, a la que llamamos previamente avisando de nuestra pronta llegada, nos dejaron dormir un par de horitas en una pequeña habitación que tenían en la planta alta, así como pegarnos una ducha. Fue bastante curioso, cuatro de nosotros durmiendo en una cama de matrimonio, otro dentro de una taquilla y otro encima de una estantería. Nos echamos unas risas por la situación, pero también nos vino de perlas el pequeño descanso y la ducha.

Llegada la hora de partir (sobre las 8:00), salimos en un pequeño mini bus de unas 10 plazas, rumbo a Halong (unas 4 horas de viaje).

Al llegar al pueblo de Halong, que no tiene nada de particular salvo porque se están construyendo miles de pisos y hoteles para hacer la ciudad un destino turístico de masas, fuimos directos al embarcadero y de ahí, en una barcaza, al barco-cama donde pasaríamos las 2 siguientes noches. Nuestro guía por los 3 próximos días, muy majo y parlanchin, se llamaba Tiger.

 

El barco tenía habitaciones privadas, terraza arriba donde tomar el sol y disfrutar de la bahía, baños privados y bar. Nos sentimos, esta vez sí, como auténticos guiris. Pero en esta ocasión creo que mereció la pena vivirlo así. Comimos muy bien, muy variado y abundante, y no nos preocupamos de nada durante el tour, más que de disfrutar.

Navegar por la bahía de Halong no se puede describir con palabras, hay que vivirlo. Múltiples rocas y peñascos con vegetación en lo alto dispersas por todos lados, de múltiples formas, pequeñas bahías con mini playas, cuevas enormes dentro de montañas pegadas al mar, pueblos flotantes donde la gente comercia y vive, islas de rocas imposibles con formas variopintas, pagodas en lo alto de montañas, monos en lo alto de los arboles, nieblas misteriosas, montañas que parecen difuminarse a lo lejos, etc.

La cámara no dejó de echar humo en los 3 días siguientes, pues cada zona tenía un encanto especial, una luz diferente. Y el tour contratado nos encantó: hicimos kayak 2 veces, totalmente a nuestro aire, nos bañamos en la pequeña playa de Titot, subimos los empinados escalones hasta el templo en lo alto donde se observan las mejores y más típicas vistas de la bahía, hicimos pesca nocturna de sepias, curso de cocina en el barco para preparar rollitos vietnamitas e incluso un baño saltando desde lo alto del barco. Muy guiri todo, pero nos gustó.

 

Dia 7. Bahia de Halong. Isla Cat Ba.

Al dia siguiente partimos rumbo a la isla Cat Ba, donde se nota que el tráfico de barcos disminuye respecto a la zona más cercana a Halong pueblo, y por ello tiene más encanto. Al llegar al embarcadero, recogimos unas bicis de alquiler y dimos un paseo de unos 60 minutos hasta llegar a una pequeña aldea, donde hicimos otro mini trekking de 1 hora por en medio de la jungla, contemplando todo tipo de insectos y pequeños animales. Volvimos a coger el barco, el cual nos llevó primero al pueblo flotante más grande la zona, y después al pueblo principal de la isla, donde desembarcamos y nos alojamos en un hotel, esta  vez sí, bastante bueno.

A la noche dimos un paseo por el pueblo, que está lleno de restaurantes, pubs de ingleses y australianos y varios sitios de masajes. Decidimos hacernos uno, por aquello de probar de todo, y la verdad es que nos gustó. Eso sí, el sitio es más que curioso, pues es la propia casa donde viven, donde te hacen los masajes. De hecho nos hicieron el masaje en las camas de su propia habitación. Vamos, que lo mismo te hacen un masaje que te dan de cenar o te llevan de tour por la bahía.

A lo largo del viaje fuimos descubriendo que ésta es la forma de vida de mucha gente. En su propia casa, normalmente de varias alturas y muy estrechos, viven y tienen sus propios negocios. Mientras estás cenando la cena preparada por la mujer, puedes ver a su hijo jugando en el salón su padre, o a la abuela viendo la tele.

 

Dia 8. Bahia de Halong. Trayecto a Ninh Binh

 

Volvimos a coger el barco para regresar al pueblo de Halong, esta vez por otra zona distinta a la ida, y seguimos viendo zonas espectaculares a cual más fotogénica y bonita. El tumbarse en la terraza del barco y simplemente respirar y disfrutar del entorno, ya solo eso, merece la pena la visita a este lugar.

Como punto negativo de la bahía decir que está atestada de barcos en las zonas más típicas, y que muchas zonas de agua están muy sucias, entre el gasoil de los barcos y los desperdicios que se tiran desde ellos. Una pena.

A la llegada a Halong (sobre las 12:00, todos los tours de 3 días acaban a esta hora, pues según dejan a unos grupos recogen a otros), Tiger nos ayudó a coger unos taxis para la estación de buses local (unos 15 min), pues decidimos que eso de viajar en taxi era un lujo y ya no queríamos más lujos después de los días de vida a bordo.

La parada de buses es por llamarla de algún modo, pues no había indicación ninguna.

 

Al subir al mini bus (de unas 20 plazas), distribuimos las maletas y comenzamos nuestro viaje de 4 horas hasta Ninh Binh. A medida que avanzábamos no hacía más que subir gente y uno de los conductores no hacia más que sacar asientos de todos lados. Empezó haciéndonos gracia, pero tras más de 4 horas de viaje, unas 30 personas apiñadas en el hueco de 20, ya no nos parecía tan divertido. Eso sí, al llegar a destino nos echamos unas risas por la experiencia. Ninh Binh es punto base para visitar la zona de Tam Coc y los templos de Hoa Lu entre otros, pero no tiene nada de interés. Por ello nos alojamos en un pequeño pueblecito al lado de donde comienza el tour en barca de Tam Coc. Cogimos un taxi y de allí nos fuimos, dejamos las cosas y cenamos, previo paseo por el pueblo.

 

La dueña del hotel, Anna Tham, muy agradable y servicial, nos recomendó la ruta del  dia siguiente, pues hay muchas cosas que ver y no teníamos tiempo para todo. También nos facilitó el alquiler de nuestras propias motos. Un acierto pues es la mejor forma de moverte por la zona. Además al ser zona rural no hay casi tráfico y es bastante seguro.

 

Dia 9. Ninh Binn. Tam Coc. Mua Cave. Bai Dinh.

 

Tras desayunar en el hotelito, cogimos las motos (3 scooters para 6 personas), y nos lanzamos a recorrer las zonas que nos había comentado Anna. La primera anécdota la tuvimos nada más salir, pues una de las motos se quedó sin gasolina. Al rato apareció una mujer que nos echó un líquido extraño a modo de gasolina, nos quedamos sorprendidos pero la moto funcionó. Tras hablar con Anna, resulta que esta gente vende gasolina, por lo que nos vino de perlas. Nuestro primer destino fue un templo en lo alto de una colina, en las inmediaciones de la cueva Mua. La cueva no tiene nada más que un pequeño letrero de lo que fue, pero lo que realmente merece la pena es el templo en lo alto. Las vistas son espectaculares del famoso rio de Tam Coc a un lado, y la bahía de Halong ‘en tierra’ al otro, con las múltiples montañitas solitarias esparcidas por todos lados, tipo Bahia Halong, al otro. La sudada que supone la subida, bien merece la pena. La visita supone unos 90 minutos aprox.

El siguiente destino fueron los templos de Linh y Le, tras un trayecto en la moto de unos 20 minutos por caminos y carreteras, disfrutando de las vistas de la zona, y atravesando nuevos pueblos con miles de niños recién saliendo del colegio saludándonos. La visita de los templos puede llevar varias horas si los quieres ver todos, pues hay unos cuantos esparcidos por la zona, pero nosotros vimos sólo 2 y nos pareció suficiente, pues se asemejan bastante a lo que ya vimos en Hanoi (y seguiríamos viendo a lo largo del viaje).

A media mañana decidimos ir un poco más lejos (unos 20 minutos en moto), al más grande centro Budista de Vietnam, el complejo de la pagoda Bai Dinh (30000 vnd). Desde lo lejos se ve la inmensidad del conjunto, pero ya dentro impresiona los miles de estatuas de budas a los lados, tanto de granito como de semi-oro, los diversos templos a lo largo del recinto, y para acabar la torre-pagoda (en construcción), el buda gigante al aire libre y los 2 budas gigantes del último de los templos, situado en lo alto de todo el complejo. Es un sitio lleno de espiritualidad, pero que está en proceso de construcción aún y que, como vimos un poco a la carrera, no nos dejó un poso demasiado grande. Aún así, tardamos alrededor de 1 hora  en llegar a lo alto del complejo, pues es inmenso (incluso tiene transporte interno).

A la vuelta, un poco con prisas, y tras comer, llegamos a la entrada de Tam Coc para hacer el paseo en barca al atardecer, motivo principal de nuestra visita a la zona. Los lugareños nos recomendaron hacer el tour por la tarde porque hay menos gente y se ve con otra luz más misteriosa, además hay menos gente. El paseo en si dura unas 2 horas (120000 vnd), y sólo tienes que disfrutar del entorno y dejarte llevar mientras el barquero o barquera rema con sus pies, pasando por cuevas y valles. La impresión que nos quedó fue que es un paseo ‘que hay que hacer’ pero no es tan espectacular como Halong, pues al ir al nivel de agua la sensación es distinta a si lo vieras desde el aire.

Tras acabar el paseo, dejamos las motos y nos fuimos en taxi a Ninh Binh, donde nos tocaba coger un tren destino a Hue, la ciudad imperial.

 

Dia 10. Hue, ciudad imperial.

 

A diferencia del de Sapa, este tren no traqueteaba tanto y pudimos dormir unas horas, que bien nos hacían falta.

Al llegar a Hue, de nuevo taxi hasta el hotel, que cogimos en la zona típica de restaurantes, próxima al río.

Este día, como el anterior, teníamos muchas cosas planeadas y pocas posibilidades de cumplirlas todas. Comenzamos andando hacia la ciudadela de la ciudad, pasando por el famoso puente sobre el río Perfume que divide en 2 la ciudad. Ya dentro de la ciudadela visitamos los varios templos, pagodas, bibliotecas, teatros, ruinas y murallas de que dispone. La visita, sin verlo todo, nos llevó casi 3 horas, pues es bastante grande. Al salir perdimos algo de tiempo buscando algún sitio para comer, pues todo lo que está cerca de la ciudadela al lado del río es muy local, nada guiri, y no nos apetecía demasiado arriesgar los estómagos. Pero como no tuvimos más remedio porque íbamos con prisas para poder las tumbas, comimos en uno de los restaurantes de la zona.

Tras comer, buscamos en la calle un taxi que nos llevara a las tumbas más famosas. Acordamos el precio de transporte, espera mientras las visitábamos y regreso al hotel. Es lo típico en Hue para visitar las tumbas, pues están a las afueras de la ciudad y con difícil acceso.  

Las tumbas son un conjunto de edificaciones, tumbas, jardines y lagos donde fueron enterrados algunos de los emperadores vietnamitas más importantes del siglo XVIII (las más importantes, 80000 vnd cada una). Nos gustaron bastante, aunque dio la impresión de que vistas unas, vistas todas. Cada una requiere aproximadamente 1 hora de pateo, más el tiempo de desplazamiento entre cada una. Visitamos las tumbas de Tu Duc y Minh Mang y la Khain Ding no tuvimos tiempo, pues sobre las 17:00 se cierra. Una pena pues es la que tiene las estatuas imperiales a la entrada.

A última hora de la tarde estábamos algo cansados por estar todo el día de turismo y pateo, por lo que volvimos al hotel, ducha y a buscar sitio para tomar una cerveza y cenar.

La zona comercial de Hue no se parece en nada a la de Hanoi, pues es muy pequeña, no tienen apenas productos y son en general más caros. Todo está lleno de hoteles y los restaurantes son casi todos occidentales. Tienes que alejarte un poco de esta zona si quieres ver gente local, como por ejemplo cerca del río, donde esa noche había mercadillo y podías comprar y comer productos locales en puestos locales.

Después del paseo por el mercadillo, nos acercamos a una discoteca (preguntando a alguien de allí), y nos tomamos unas cervezas dentro. El concepto de discoteca es bastante distinto al occidental. Nos acompañaron desde la puerta a una mesa, nos abrieron las puertas de entrada, vinieron 2 camareros a preguntarnos que queríamos tomar, un grupo de seguridad estaba continuamente al lado nuestro…y todo ello con música electrónica no comercial, lleno de luces y de grupos de chavales rodeados por hordas de personal de seguridad. Otra experiencia para contar, cómo se las gastan en las discotecas vietnamita

 

Dia 11. Trayecto en moto Hue-Danang-Hoian.

 

El día de hoy era bastante esperado por todos. Tocaba tour en moto desde Hue a Hoian, y allí estaban a las 8:00 nuestros moteros y nuestras motos (todos de paquetes salvo uno de nuestros amigos, que decidió llevarla por su cuenta pues es motero). Hay diversos tours y rutas por todo Vietnam para hacer en moto (pues es el medio de transporte más usado, con diferencia), pero nosotros elegimos esta porque preferíamos disfrutarlo un solo día y quedarte con ganas de más (como realmente pasó) que hacer un tour de más días y por la razón que fuese no disfrutarlo (por el tiempo, por la comodidad de la moto, porque no nos gustara la experiencia, etc). Fue todo un acierto, y sobre todo por los guías, siempre con una sonrisa y haciéndote partícipe de disfrutar el viaje.

Nada más empezar se puso a llover, y nos tuvimos que poner los chubasqueros. Pero eso no nos paró pues estuvo todo el día así y aquí la gente está acostumbrada a ello.

Visitamos una granja donde se cultivaban champiñones, un pueblecito donde se encuentra uno de los puentes japoneses más antiguos del país, atravesamos pueblos llenos de vida, cementerios monumentales donde la gente que sigue el confucionismo se gasta dinerales en los familiares fallecidos, ríos enormes, el famoso paso de montaña Hai Van, la playa de China donde los americanos desembarcaron por primera vez en la guerra, o las cascadas de Elephant Springs. Este último lugar fue de los que más nos gustó, pues se trata de unas cascadas donde la gente local va a pasar el día, comer, bailar y bañarse en las distintas pozas que hay en el lugar. La roca con forma de elefante (retocada, claro) da nombre al lugar, que en un principio nos parecía que iba a ser destinado a guiris pero que realmente se trata de un lugar lleno de vietnamitas. Y por cierto, muy simpáticos y amables. Enseguida se ponen a bailar contigo, te ofrecen bebidas, están todo el rato riéndose. La verdad es que me ha dado la impresión durante todo el viaje que los vietnamitas son gente que, como los españoles, les gusta vivir en la calle, sonreir continuamente, ven siempre la parte positiva de la vida y disfrutan de lo que les rodea. Ole por ellos!!.

También a destacar un restaurante en mitad del lago Lang Co, donde paramos a comer y donde de repente comenzó a llover torrencialmente. Fue increíble verse allí en medio a expensas de la lluvia y el viento.

A última hora llegamos a Danang, ciudad grande y moderna, donde apenas paramos, y al poco llegamos a nuestro destino: Hoian. Aunque estaba previsto para hoy, no pudimos ver las montañas de mármol porque se nos hizo tarde. Ya en Hoian, y como buena parte del día, comenzó a llover de nuevo torrencialmente. Menos mal que esta vez nos pilló bañándonos en la piscina de nuestro super hotel. Fue un momento genial estar bañándonos mientras llovía a mares.

El hotel fué una gran elección, céntrico, con buenas calidades y sobre todo, con una piscina my chula y un desayuno muy variado. Algo más caro de lo que estábamos pagando, pero nos apetecía darnos un capricho.

El primer paseo nocturno por Hoian fue algo accidentado, pues siguió lloviendo buena parte de la noche, asi que decidimos irnos a descansar pronto para aprovechar el día siguiente.

 

Dia 12. Hoian. Montañas de mármol.

 

El día amaneció por suerte soleado, lo cual nos dio ánimos para volver a coger unas motos y lanzarnos a la aventura de vivir Vietnam en ellas, esta vez conduciéndolas nosotros mismos. Nos acompañó todo el día Thuy Loan con su propia moto, la única chica de nuestra expedición motera del día anterior, que se llevó super bien con todos nosotros y nos quiso acompañar para llevarnos a algunos sitios. Así son los vietnamitas de desprendidos y amigables. Primero fuimos a un pueblecito donde se cultivaban, a mano y sin ayuda de animales o químicos, multitud de variedades de verduras y vegetales, de los que ya éramos unos expertos en este momento del viaje: morning glory, lemon grass, mangos, hierbabuena, espinacas, etc. Todo el pueblo estaba habitado y mantenido por vietnamitas super mayores y super sonrientes.

Después de esta visita partimos hacia las montañas de Marmol (20 minutos en moto), donde dedicamos entre 2 y 3 horas para visitar todo el complejo. Se trata de un sitio en plena montaña, entre cuevas, recovecos y miradores, todo ello lleno de budas de distintos tamaños, templos y pagodas. El lugar tiene un aire de misterio y devoción budista curioso, y tiene un par de sitios que ya por si solos merecen la visita, con una cueva gigante donde un buda, también enorme, te vigila desde lo alto, u otra pequeña cueva donde otro buda te mira sigiloso.

Al estar en lo alto de la montaña, tienes un par de sitios donde se puede contemplar la zona e incluso se ve el mar.

Tras esta visita nos fuimos con nuestra motos a la playa de Cua Dai, donde tras ver la playa y sus famosas barcas totalmente redondas, comimos en un restaurante con Thuy Loan al lado de la playa. Charlando con ella te das cuenta de lo diferentes que son nuestras culturas. Ni mejor ni peor, solo diferente. Ellos tienes devoción y respeto infinito por sus mayores y por su familia, ni se plantean salir del país de turismo, su objetivo en la vida es vivir con su familia y tener descendencia, y son felices con todo lo que les rodea, viendo siempre la parte buena de lo que les toca vivir. Que diferentes a nosotros donde cada vez priman más las prisas, el quererlo todo y a la vez no estar feliz con nada.

De nuevo en Hoian, recorrimos con Thuy el mercado de la ribera, donde vimos cómo se comercia, probamos algún que otro plato callejero, vimos la venta de pescado en la misma orilla del río, y alguna que otra escena que no nos hubiera gustado ver, relacionada con la limpieza del mercado…

Tras dejar las motos, nos fuimos a duchar y quedamos de nuevo con Thuy para ir a cenar a un restaurante local. Literalmente, una mujer nos cocinó en la cocina de su casa, mientras su marido y su niño jugaban en el salón, y nosotros esperábamos en una mesa en la terraza de fuera. Esto es el auténtico Vietnam. Todo muy rico, trato genial, y super barato, cada uno por unos 4-5 euros. La sorpresa posterior nos la dio Thuy, pues nos llevó a un karaoke de la ciudad. Y esto si que no lo vemos en Europa!!. Es super divertido cantar en una sala cerrada para ti y tus amigos, con micrófonos que retumban por todos lados y cervezas para animar las voces más tímidas.

 

Dia 13. Hoian. Avión a Siem Rep (Camboya)

 

Llevábamos ya casi 2 días de Hoian y apenas habíamos visto Hoian salvo la noche anterior, por lo que dedicamos la mañana a visitarlo. Hoian está lleno de casas de colores claros, amarillentos en su mayoría, de origen medieval, pegadas a la orilla de un río que, literalmente, tiene un nivel de 3-5 cm por debajo de la orilla. En algunos sitios parece que el agua vaya a subir a las aceras y anegar el pueblo (lo cual ha ocurrido alguna que otra vez según nos contaron allí). El pueblo tiene además varios sitios de pago que visitar como varias casas antiguas y con historia, un teatro donde se representan músicas tradicionales, varias pagodas y templos, algún centro budista, o el famoso puente japonés por el que es más conocido el pueblo.

Además de esto, el mercado, las bolas de colores iluminadas por la noche y las múltiples tiendas y restaurantes por todos lados hacen de Hoian un destino muy interesante, para estar al menos 2 días.

Tras comer, partimos rumbo al aeropuerto de Danang, donde nos esperaba un vuelo con destino a Camboya.

 

Recién aterrizados en Siem Rep, nos vinieron a recoger en 2 tuc-tuc motorizados y nos llevaron al hotel. Allí mismo negociamos con ellos el transporte en tuc-tuc para los 3 próximos días, incluida la ruta a seguir y los horarios. Ellos te intentan convencer de seguir las rutas que tienen preestablecidas, pero si tienes una idea clara de los templos que quieres visitar y el tiempo que tienes, mejor seguir tu planning. Nosotros, como queremos verlo casi todo, y normalmente queremos ver más templos de lo normal en el mismo tiempo, decidimos hacer nuestro propio planning. Y al final, aunque fué un poco paliza, conseguimos ver casi todos los templos que queríamos.

Lo que se hace es llegar a un templo, te bajas, lo ves el tiempo que quieras, al terminar te están esperando y pones rumbo al siguiente templo.

Esa misma noche, ya en Siem Rep, dimos una vuelta por el centro. Al poco tiempo de estar allí te das cuenta de que hay mucha más pobreza y miseria que en Vietnam: calles sucias, gente con ropa medio harapienta, acoso al turista, hoteles y locales viejos, etc. La riqueza de los templos de Angkor, claramente no se distribuye entre la población.

 

Dia 14. Camboya. Templos de Angkor.

 

La entrada a los templos nos costó 40$ (para 1 semana) aunque hay otras entradas para menor número de días.

Comenzamos nuestra visita a los templos de Angkor bien pronto. Nuestros choferes estaban listos y nos llevaron al primero de ellos y el más famoso: Angkor Wat. La visita nos llevó unas 2 horas, pero bien pudiéramos estar 10 horas embelesados con las esculturas de batallas y escenas de vida que adornan cada una de las 4 paredes exteriores de los muros  que rodean el templo principal. Están perfectamente conservadas y, sin ser un especialista en arte, te das cuenta de lo magníficos que son. Todas las paredes, columnas y techos están lleno de detalles. Ya dentro del templo principal el conjunto arquitectónico con las torres de loto es precioso. Te quedas embelesado mirando a cualquier lado. El estado de conservación es muy bueno.

Desde la parte exterior y según vas entrando al templo la imagen es espectacular. Volveremos en 3 días para ver los famosos amaneceres de Angkor Wat.

Continuamos ruta hacia el templo Phnom Bakheng, situado en lo alto de una montaña con vistas (lejanas) de Angkor Wat. En ciertos horarios puedes subir en elefante (para guiris). Está bastante ruinoso, es bastante antiguo y de tipo piramidal. Le puedes dedicar 1 horita entre que subes, lo ves y bajas. No recomendable si no estás en forma.

El siguiente templo fue Angkor Thom, que no es sino un complejo enorme, donde lo más impactante son sus 4 puertas de entrada monumentales, decoradas por cabezas de piedra sobre torres, y puentes con estatuas que parecen tirar todos a una de una inmensa cuerda de piedra. Existen 5 puertas de entrada al recinto, nosotros pasamos por 3, siendo la más espectacular y mejor conservada la que viene de Angor Wat. Le puedes dedicar unos 30 minutos.

Ya dentro de Angkor Thom, visitamos el famoso templo de las mil caras: Bayon. Aquí lo que llama la atención son sin duda las múltiples torres con 4 caras en lo alto, repartidas por todo el templo. Están muy bien conservadas (como la mayoría de templos de Angkor en general), e imanan un misterio y un magnetismo rarísimo. Uno de mis favoritos. La visita puede llevar, mínimo, 60 minutos.

El siguiente fue otro de mis favoritos: Baphuon. Es una inmensa pirámide de piedra, aislada y con una entrada monumental. Subir por sus empinadísimas escaleras, llegar a lo alto y contemplar las vistas, me encantó.

Justo al lado, Phimeanakas, otro templo piramidal mucho más pequeño y rodeado por un pequeño lago, menos impresionante pero curioso también. Siguiendo muy cerquita, pasamos por las terrazas del rey Leproso y de los Elefantes. Están llenas de pequeñas esculturas unas al lado de otras, algunas tan llamativas como unos elefantes, otras misterioras. El suelo del camino y las terrazas, totalmente empedrado, muy bien conservado también.

La visita a estos 4 lugares lleva al menos 2 horas, pues hay que patear un poco para llegar a cada una.

A estas alturas del día el calor sofocante y estar todo el día andando hace ya mella en todos nosotros, por lo que decidimos comer y descansar un rato.

Por la tarde fuimos a Preah Khan, otro templo impresionante que destaca por sus esculturas y grabados, algunos de color rojizo, por las paredes. Este templo es pequeño y misterioso, en excelente estado de conservación.

El siguiente fue Neak Pean, que destaca por estar totalmente rodeado por un inmenso lago y luego por otro mas pequeño. Se accede por pasarelas. Este templo no destaca por su arquitectura, sino por el entorno acuático en el que está.

El siguiente fue Ta Som, muy parecido en tamaño y características a Preah Khan, igualmente bonito. Aquí descubrimos por primera vez cómo se las gastan los árboles con los muros de piedra del templo. Literalmente crecen por entre las piedras.

Con las últimas luces del día visitamos East Mebon, otro templo piramidal grande pero esta vez de piedras rojizas y con 4 inmensas esculturas de elefantes en sus esquinas. Otro templo que impresiona.

Tras tantos templos vistos, estábamos super cansados por la pateada y por el calor de todo el día, asi que nos fuimos de regreso a Siem Rep. Ducha, cena y a dormir.

 

Dia 15. Camboya. Templos de Angkor.

 

Hoy el primer templo que visitamos fue Pre Rup, templo piramidal con magníficas vistas en lo alto y muy fotogénico. Tras la visita, fuimos hacia el templo Banteay Srei (unos 45 minutos de viaje). El templo destaca en su conjunto por sus paredes, columnas y puertas con miles de esculturas perfectamente conservadas y detalladas. El color rojizo de las piedras le dan un aire diferente especial, que ningún otro templo tiene. También a destacar las esculturas del rey mono del templo principal. Es un templo bastante pequeño, pero en conjunto es uno de los más bonitos y de mayor calidad escultórica. El largo trayecto creo que merece la pena solo por la originalidad. En total, ida y vuelta mas visita, te puede llevar unas 3 horas como mínimo.

El siguiente templo fue Banteay Samre, de tamaño medio, que destaca por sus muros concéntricos en torno al templo central, llenos de desniveles y escaleras para pasar de uno a otro. Para variar, bastante original.

El siguiente, Banteay Kdei, destaca por tener múltiples pasillos que apuntan al punto central, desde donde se observan curiosos efectos de luz mirando hacia todos lados. Es de planta plana, y su visita lleva al menos otra hora.

Dejamos para el final uno de los más famosos templos, donde se rodó parte de la peli Tomb Raider: el templo de Ta Prohm. Este templo, aunque no es el único, destaca principalmente porque varios árboles de tamaño descomunal se están comiendo literalmente el templo. Sus enormes raíces crecen por debajo de los muros, y se entrelazan con las piedras que lo componen. Es impresionante lo que hacen estos árboles y las formas tan raras que tienen y que forman en las paredes mientras destrozan el templo. Lo malo del templo es que esta siempre lleno de gente.

Como comenzó a llover en ese momento, decidimos no ver más templos y regresar a Siem Rep, pues ya estábamos bastante cansados de otro dia de largo pateo.

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Dia 16. Camboya. Templos de Angkor. Vuelo a Ciudad Ho-Chi-Minh. Túneles Cu Chi.

 

Nos dejamos para el último día el amanecer de Angkor Wat. Madrugón a las 4:00 y rumbo a Angkor Wat. Una legión de turistas colocados en el punto exacto a la orilla de uno de los lagos para tomar la mejor foto de los templos reflejados en al agua con las primeras luces de la mañana fue lo que vimos nada mas llegar. No nos quedaba otra que unirnos a ellos, para eso habíamos ido. Ver el amanecer en este lugar es algo espectacular. Pierde bastante magia al haber tanta gente, pero es lo que tiene el turismo, todos queremos lo mismo.

Tras dedicarle 1 hora aprox. nos volvimos al hotel y tras un desayuno contundente, fuimos de nuevo al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a Vietnam, esta vez a Ho-Chi Minh City. Antes les dimos a nuestros choferes unas camisetas y pantalones viejos que íbamos a tirar. Pusieron una cara de alegría que nos sorprendió y nos dio pena a la vez. Les habíamos estado regateando previamente los precios de los tuc-tuc, que para nosotros no suponían apenas 5-10 euros, y en ese momento nos dimos cuenta que con esos 5-10 euros pueden vivir perfectamente varios días. No teníamos que haber regateado tanto.

 

Como resumen de los templos de Angkor, decir que te quedas sin palabras. Aun no siendo arqueólogo o entendido en arte, escultura o arquitectura, te quedas impresionado con estas maravillas. Ya no solo por su magnífico estado de conservación en general, sino por su misticismo, su ubicación entre la selva, la cantidad de templos existentes, la variedad entre todos ellos (cada uno te sorprende por algo distinto) o la sensación de estar en un lugar único en el mundo. Merecen muchísimo la pena. Por otro lado, creo que, a no ser que seas un experto, con 3 días es más que suficiente para hacerte una idea del complejo, quedar satisfecho, y no acabar saturado de tanto templo.

Tras un vuelo rápido llegamos a Ho Chi Minh City, antiguamente llamada Saigon.

Nada más llegar al aeropuerto, nos estaban esperando en una mini furgoneta los guias de la agencia que habíamos contratado para el tour de los túneles de Cu Chi y el tour de 2 días por el delta del Mekong. En esta ocasión contratamos agencia por la misma razón que en Halong o Sapa: la falta de tiempo, la dificultad logística, las ganas de ver múltiples cosas nos hacían inviable hacerlo en transporte público o sin guía, y la posibilidad en cualquier agencia de adaptarse a tus gustos y planning. Esto una agencia europea no lo hace.

El trayecto a los túneles de Cu Chi desde el aeropuerto nos llevó unas 2 horas (desde el centro de la ciudad serían unas 3 horas, pues es una ciudad inmensa).

Una vez allí comenzamos nuestra visita con nuestro guía. El lugar está muy orientado al turista, con videos explicativos, reconstrucciones de situaciones y edificios, trampas de la guerra y lo más interesante, la visita a los propios túneles. Son realmente claustrofóbicos, y eso que están ampliados para el turismo y solo recorres unos 100m en cuclillas y de rodillas. La humedad es sofocante por lo que la sensación de agobio se incrementa.

También tienen un campo de tiro donde por un módico precio puedes disparar distintos tipos de armas como el famoso AK-47 ruso.  Merece la pena la visita si te interesa la guerra de Vietnam, pero es cierto que no parece real.

 

Ya de vuelta a Ho Chi Minh tras otras 2 horas de trayecto, nos dimos una ducha en nuestro hotel estrecho (no más de 5 metros de ancho) y de varias plantas, como se estilan por aquí, y decidimos dar una vuelta por la ciudad. Ya sabíamos que no merecía mucho la pena, pero nos dimos un paseo de unas 2 horas por la zona de rascacielos, algún que otro mercado y la zona de mochileros que estaba próxima a nuestro hotel.

Al dia siguiente tocaba madrugar para la visita al delta del Mekong.

 

Dia 17. Delta del Mekong.

 

Tras un viaje en furgoneta de unas 2 horas, llegamos a un pueblecito en las orillas del rio Mekong. Habíamos leído que la mayoría de agencias ofrecían el típico viaje ‘guiri’ de autobús-parada en lugar diseñado para turistas-autobús-comida en sitio guiri-caro-barco privado y así continuamente. De esta forma no conoces realmente la forma de vida de las gentes de aquí, que es lo nosotros siempre buscamos. Por eso contratamos con la agencia recorrer el delta en bicicleta, ver de cerca sus pueblos y descubrir con cierta libertad  la forma de vida en el delta. Creo que fue todo un acierto. Esto no te evita del todo ver ciertos sitios ‘guiris’, claro está.

El tour en el día de hoy fue muy completo: recorrimos una parte del río de varios km de ancho en barcaza, hicimos una ruta en bici por el interior recorriendo pueblecitos donde todo el mundo nos saludaba, llenos de pequeños puentes empinados, zonas de vegetación densa, caminos anegados por el agua, granjas, etc.

También hicimos un paseo ‘guiri’ en barcas de madera por canales más estrechos, recorrimos a pie varias zonas de frutales tropicales, visitamos una planta de fabricación de productos derivados del arroz, y comimos en un restaurante literalmente encima del río.

Para acabar, nos alojamos en la casa My Thuan, de una familia local, muy simpática. Allí la matriarca nos enseño a cocinar rollitos vietnamitas, tortillas de vegetales y otros platos vietnamitas, mientras el resto de la familia veía la tele justo al lado. Qué pena que no supieran apenas inglés para conversar con ellos. El lugar, en mitad del delta, nos encantó.

La familia, igual que en Sapa, encantadora, siempre sonriente, servicial y además las habitaciones muy limpias.


Dia 18. Delta del Mekong. Ciudad Ho-Chi-Minh.

Hoy continuamos visitando pueblecitos y distintas zonas del delta en bicicleta, incluso vimos una boda. Varias decenas de vietnamitas, sentadas en varias mesas, al ladito del río, y nosotros pasamos por en medio de la boca, pues el camino estaba ahí. Y la gente, como siempre, sonriendo y saludando.

También  tomamos distintos barcos y barcazas para ir de un lado a otro, recorrimos el famoso mercado flotante de Cai Rang y para acabar cogimos un  barco lleno de gente, coches y bicicletas donde acabamos el tour.

Ya en Ho Chi Minh, donde el regreso fue algo pesado (unas 3 horas), salimos a dar otra vuelta para pasar nuestra última noche. Subimos a uno de sus rascacielos donde pudimos ver esta moderna ciudad de contrastes desde lo alto. Al estilo asiático, está llena de rascacielos cada cual más alto e iluminado.

Nuestro viaje tocaba a su fin, y tras una cenita y unos bailes en un pub en la zona de mochileros, nos fuimos a dormir con el deber cumplido. Y, por cierto, menudo ambiente hay en Ho-chi-minh.

 

Dia 19. Regreso a Madrid.

Último día en Vietnam, toca vuelo de vuelta y pensar en el siguiente viaje…

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